QUÉ ES COHERENCIA
Podemos afirmar que la coherencia nace por comparación. Es un término muy versátil porque tiene muchos usos según el contexto en que se use. Pero siempre que hablemos de coherencia estamos, explícita o implícitamente, comparando algo.
POR EJEMPLO PODEMOS DECIR QUE UNA PROMESA QUE HIZO ALGUIEN EN EL PASADO NO ES COHERENTE CON SU ACTUAR EN EL PRESENTE.
También utilizamos la palabra coherencia para hablar sobre el futuro. Decimos que alguien no está siendo coherente cuando promete algo que no podrá cumplir.
La coherencia no solo se utiliza para comparar en el tiempo. También usamos la palabra coherencia cuando un mensaje que emite una persona con sus palabras es diferente al mensaje que emite con su cuerpo. Decimos que no hay coherencia o congruencia entre lo que dice y cómo lo dice.
Pero si cambiamos el contexto, la coherencia puede utilizarse también para comparar la idea central de un texto con sus oraciones. Hay una idea central, y diferentes oraciones que aportan coherencia hacia la idea central.
LIDERAZGO
Varias encuestas señalan que la característica más buscada por las personas en el liderazgo es la coherencia, en el sentido de que un líder debe decir lo que hace y hacer lo que dice.
LA IMPORTANCIA DE LA COHERENCIA
Aún sin saber su significado, utilizamos la coherencia como un criterio de decisión permanente. La coherencia (o su ausencia) está muy presente en nuestra vida porque conduce nuestro accionar.
La coherencia es tan importante, que tiene una influencia importante sobre nuestra autoestima y nuestra felicidad. Cuando nos proponemos algo y logramos actuar en forma coherente con eso que nos propusimos, nos sentimos realizados. Y por el contrario, la falta de coherencia es decir, la incoherencia, nos aleja de nuestros objetivos, y por ende, de nuestro bienestar personal.
COHERENCIA EN EL COACHING
El Coaching Ontológico presta una particular atención al termino de coherencia, llevándolo a tres dominios principales: el cuerpo, la emoción y el lenguaje.
Para comprenderlo, basta pensar en la coherencia de la resignación.
Cuerpo: La persona tiene el cuerpo con sus hombros caídos, el volumen de su voz es bajo y habla despacio.
Emoción: En la resignación normalmente aparecen emociones de la familia de la tristeza, como la melancolía o la tristeza misma, porque quien habita la resignación tiene el juicio de que no podrá alcanzar su objetivo, y por ende, ante la pérdida de ese objetivo, aparece la tristeza.
Lenguaje: La persona que habita la resignación normalmente formula juicios como “no podré alcanzarlo”, “antes hubiera podido”, “ahora ya es tarde”.
EN ESTE CASO, CUERPO, EMOCIÓN Y LENGUAJE CONFORMAN LA RESIGNACIÓN.
Siguiendo con el ejemplo, si esta persona sostiene una conversación de coaching, y durante la misma, logra darse cuenta de que sí puede alcanzar ese objetivo, su emoción comienza a cambiar y su cuerpo también.
Probablemente se retire diciendo cosas como “Ahora sé que lo puedo lograr”, “Me siento mejor al darme cuenta de esto”. Su emoción será la alegría, por suponer alguna, y su cuerpo ya no estará con los hombros caídos, sino, tal vez, sacando pecho. Su volumen de voz más alto y hable más rápido.
En resumen, decimos que la persona llegó con una coherencia de resignación y se fue con una coherencia de ambición u optimismo.
CASO PRÁCTICO DE CAMBIO DE COHERENCIA: LOS LÍMITES
Lo más interesante de la coherencia en el coaching es que nos abre las puertas para intervenir desde otro lado.
Tomemos el caso de una persona que no puede poner límites y a pesar de que se da cuenta que tiene que hacerlo, no lo consigue. En una consulta como esta, el concepto de coherencia es muy útil porque lo que está sucediendo es que el cliente no consigue la coherencia de poner límites.
Lo quiere desde su mente, pero no puede con su cuerpo. Vuelve a la otra consulta y nos dice que no ha podido. Algunas veces nos encontramos que actúan rechazando, en vez de poner límites.
Este tipo de ejemplo se trabaja desde el cuerpo. En vez de intervenir desde el lenguaje, vamos a requerir una intervención corporal.
Normalmente la emoción que se necesita para poner límites es el enojo. El problema es que, excepto que se trata de un caso de emergencia, el límite tiene que ponerse de forma gradual, y por ende, el enojo tiene que se gradual también. Y como sabemos, hay muchas personas que no se relacionan bien con el enojo: se enojan demasiado o nunca se enojan (dicho por ellos mismos)
Es necesario enseñar al cuerpo de este cliente como graduar su enojo. Y para eso vamos a hacer un ejercicio poniendo el cuerpo. El mismo esta explicado en la nota cómo poner límites.
Este es uno de los temas centrales en nuestra Certificación de coaching ontológico. Gracias por leer.
Ing. Axel Persello – Director de IAFI
Trainer en PNL (IANLP) – Coach Ontológico PCC (ICF)